Cerca de las Islas Feroe, la patrulla que pretendía cerrar una parte de los accesos del Norte, se encontró con la crema y la nata de la flota de superficie alemana. El combate y las condiciones de la patrulla fue otro signo inequívoco de lo equivocados que andaban los responsables de la Royal Navy respecto a la Kriegsmarine. Las sirenas de alarma empezaban a sonar en el cuartel general, pero no sería hasta más adelante que el Reino Unido se llevaría las manos a la cabeza al descubrir la inutilidad de sus bloqueos, sus piquetes y sus grupos de caza, mientras los u-boote se colaban y atacaban el tráfico mercante.
La situación de la aviación del Mando Costero de la RAF no era mejor, y solo el Short Sunderland era capaz de atacar con cierto éxito a los submarinos, pero poco pudo hacer más que servir de avistador aéreo.
Los primeros Tiempos Felices para el mando submarino alemán estaban a punto de llegar.
La ‘Batalla’ más larga de la 2GM, fue una extensa campaña de desgaste donde los alemanes atacarían al comercio de Reino Unido en el Atlántico Norte, y los Aliados sólo se podían defender.
Los submarinos alemanes son los lobos, y los convoys los ratones.
Comienza la Saga de la Batalla del Atlántico.
Por 🦕 Antonio Gómez y 👨🚀 Dani CarAn
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