La firma del Armistizio di Cassibile fue una cuenta atrás para que el III Reich convirtiese a Italia en un estado títere, o simplemente un territorio ocupado con participación de las élites italianas leales a Alemania.
En realidad, el plan, convertido en la Operación Achse, ya estaba esbozado por el OKW con la aprobación de Hitler, porque la deriva de Italia se veía venir desde hacía meses.
La Wehrmacht logró el control de casi todos los territorios ocupados por Italia, las principales ciudades industriales e infraestructuras, y mantuvo el frente a partir de líneas defensivas muy duras que los aliados tardaron 20 meses en superar.
Muchos de los rendidos, en especial oficiales, fueron directamente fusilados por los alemanes, e incluso ocurrieron masacres indiscriminadas con soldados que se habían rendido. El ejército italiano se había desintegrado.
Especialmente en el Norte, la guerrilla se afianzó, y se nutrió de ex-combatientes y armamento moderno. Pero la situación fue de guerra civil, ya que contra estos, los alemanes lanzaron a italianos fascistas que habían sido fieles a Alemania.
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